Los más de mil estudiantes del IES Albero conocerán desde hoy todos los detalles de la restauración y consolidación del Arco de San Miguel, uno de los pórticos del Recinto Fortificado. El centro de secundaria acoge hasta el 30 de octubre la exposición monográfica impulsada por el Plan Urban para difundir la obra que ha dado realce al barrio del Castillo, origen de la ciudad de Alcalá de Guadaíra.
‘El Arco de San Miguel: una puerta abierta al futuro’ es un recorrido en imágenes y textos de todo el proceso de la recuperación patrimonial del pórtico, llevado a cabo dentro del proyecto de regeneración social, urbana y económica del casco histórico de la ciudad que lleva a cabo el Ayuntamiento con cofinanciación de fondos FEDER de la Unión Europea.
La muestra es itinerante e incluye un programa de visitas guiadas. Se compone de importantes elementos divulgativos en cinco líneas. La primera se dedica a las puertas del Castillo y conduce al visitante por una ruta cronológica de las diferentes zonas del Recinto Fortificado, destacando el Castillo, la Villa y el Arrabal. La segunda aborda la arqueología del Arco de San Miguel, con una identificación detallada de los diferentes elementos constitutivos del mismo.
Una parte la exposición se dedica al proceso de recuperación del arco, abundando en las distintas patologías constructivas detectadas, pérdida de materiales o suciedad por contaminación. Continúa con un análisis del pórtico como un elemento más del proceso de regeneración del barrio y la Fortaleza y se cierra con un resumen gráfico que invita a la comparativa del antes y después de la reforma.
El antiguo arco, que se enmarca en el período bajomedieval, s. XIII-XV, constituye la principal vía de entrada al arrabal que se extiende por la ladera meridional del cerro del Castillo y es consecuencia de la ampliación del poblamiento de la Villa de Alcalá extramuros al principal recinto fortificado, probablemente entre los siglos XII al XIV. La urbanización de este espacio conllevó su fortificación, plasmada en la construcción de sendas corachas que unían la fortaleza superior con la ribera del río Guadaíra, además de un lienzo ribereño que cerraba completamente el perímetro del arrabal construido no antes del último tercio del siglo XIII.
Actualmente, el Arco de San Miguel es el punto de acceso peatonal al arrabal del Castillo tras la construcción de una variante por la que ya sí pueden acceder vehículos de grandes dimensiones, lo que ha incrementado el número de visitas turísticas al Recinto Fortificado alcalareño. El proyecto de rehabilitación del arco ha tenido un presupuesto poco superior a los 100.000 euros, ha permitido recobrar su aspecto originario en la medida de lo posible ya que faltan lienzos de muralla de su acceso en recodo, siendo el pórtico monumental que invita a pasar caminando desde la renovada calle San Fernando a la Avenida del Águila y el resto del barrio.