Alcalá de Guadaíra, 22 de marzo de 2011.- Las reformas recogidas en el Plan Urban Alcalá para el barrio El Castillo-San Miguel, algunas finalizadas y otras en fase de ejecución o por iniciarse, tendrán efectos beneficiosos para sus vecinos con mejoras en la salud autopercibida y mental, mejor recuperación de las personas enfermas y menor incidencia de las enfermedades del corazón. Así se desprende de un estudio sobre posibles impactos en salud asociados al proyecto que ha realizado la Escuela de Salud Pública, y que recomienda también una mayor apertura y conexión de este enclave con el resto de la ciudad como refuerzo de estos impactos positivos.
El estudio, pionero en Andalucía y uno de los pocos realizados en nuestro país, toma como referencia el proyecto de reurbanización de la calle San Fernando, que puede promover la implicación de los vecinos en el proceso de rehabilitación del barrio mediante la toma de decisiones que desemboquen en un mayor control sobre su entorno. El incremento de los niveles de capital social y el mejor acceso a la información se asocia con una mejora en su salud autopercibida, más capacidad de recuperación frente a la enfermedad y una menor incidencia de cardiopatías.
El informe concluye que las obras del proyecto, que está cofinanciado por la Unión Europea a través del Programa Operativo FEDER Andalucía 2007-2013, Fondo Europeo de Desarrollo Regional, pueden constituir una fuente de empleo para los habitantes en situación más vulnerable, de modo que la disponibilidad de empleo y de ingresos económicos constituye una vía importante de integración y participación social, con el consecuente beneficio para el bienestar mental y la salud física.
La actuación en la calle San Fernando supondrá una mejora de las condiciones de accesibilidad y conectividad del barrio, en especial para los servicios socio-sanitarios y otros servicios públicos. El motivo es la apertura de un nuevo vial más amplio y sin las limitaciones de paso que plantea el arco de San Miguel. También facilitará la práctica de la actividad física la adecuación de las vías de tránsito peatonal y la apertura o mejora de espacios públicos que invitarán a los desplazamientos a pie y a las salidas de casa, para el disfrute de un entorno más atractivo donde encontrarse con los vecinos.
Otras mejoras que redundarán en la buena salud de los habitantes del Castillo-San Miguel será la renovación de las redes de abastecimiento para el consumo humano de agua y de saneamiento para las residuales y pluviales, reduciéndose así los riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas. La intervención integral en la zona, según el estudio, supondrá una revalorización del barrio, ya que la rehabilitación y apertura al resto del municipio mejorará su imagen y valoración, promoviéndose un sentimiento de pertenencia y de cohesión entre sus residentes.
De cara a contrarrestar los efectos negativos propios de todo proceso de obras, se recomienda atajar los problemas de movilidad y accesibilidad con una información continua y puntual sobre el desarrollo de los trabajos, la eliminación de barreras arquitectónicas en el acerado y acceso a las viviendas y la adopción de medidas de seguridad y señalización de circuitos peatonales alternativos.
En el transcurso de las mejoras urbanísticas se recomienda asimismo la instalación de un mobiliario urbano resistente y de fácil mantenimiento, especies arbóreas fuertes y sostenibles y, sobre todo, implicar al vecindario en la medida de posible para el cuidado y conservación de estos equipamientos.
En otro orden de cosas, el estudio subraya la conveniencia de facilitar el uso de la nueva biblioteca por parte de los colectivos y asociaciones del barrio para otros usos cívicos y culturales, además de abrir un acceso secundario a esta instalación desde la calle San Fernando aprovechando el hueco de cristal existente en su parte trasera. De igual modo se aconseja la creación de un carril bici a lo largo del tramo de San Fernando que prosiga hasta el Castillo y por la otra ladera hacia el centro de la ciudad.
Recogiendo las peticiones de los propios vecinos, se plantea la posibilidad de crear una zona de juegos en la principal plaza del barrio, tabicar las casas desalojadas para que no constituyan un foco de basuras y de inseguridad e integrar al barrio en la red del transporte público, entre otras medidas.